Friday, February 22, 2013

Feb | 22 | El problema con los oráculos es que ¡son horribles!

AUTÉNTICO 

2 Timoteo 4:2
Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.


El problema con los oráculos es que ¡son horribles!


“La actividad pastoral contemporánea es un lío. Con cientos de libros, conferencias y seminarios pregonando los beneficios de cambiar a la iglesia tradicional por una postmoderna, impulsada por un propósito y sensible a lo que la congregación desea, se ha hecho poca referencia honesta sobre la pobre evolución del Pastor, como resultado de la misma. En el transcurso de mi vida he podido ver cómo esta evolución ha barrido la actividad pastoral reemplazando lo que era un consenso reconocible, por un laberinto de modelos y un patrón de la actividad pastoral emergente que sería irreconocible dentro de la mayor parte de la historia Cristiana”, dice Michael Spencer.
La conclusión del ensayo de Spencer es más irrefutable aún, escuchen: “Estoy comenzando a ver una mezcla volátil entre el pragmatismo del enfoque hacia lo que la congregación desea y el cuasi-gnosticismo del movimiento evangélico-carismático. Estas dos corrientes de iglesias evangélicas comparten una baja estima por la autoridad de las Escrituras en todo aquello que no sea únicamente el mensaje Cristiano esencial. El pragmatismo del movimiento de iglesias emergentes mira hacia la cultura, mientras que el movimiento carismático mira cada vez más hacia el experiencialismo y las ‘profecías’ para tomar decisiones sobre el rumbo de sus iglesias y para dirigir su ministerio pastoral”.

¿Serán, quizá sus comentarios solamente una mirada dura de lo que podría ser alguna tendencia terrible y temporal? De cualquier modo, la esencia de lo que Spencer quiere decir es que la tarea de aquellos llamados al ministerio de la Palabra es clara y simple: “¡Prediquen la Palabra!” “¡Toda la Palabra, y nada más que la Palabra!” Creo que si este mandato se lleva adelante fielmente, sería de por sí y en sí mismo, un oficio muy profético y sensible, ajustado a los deseos de la congregación, pero de proporciones Bíblicas! Ustedes pensarán que eso debería ser bastante sencillo, lamentablemente ¡no! Vayamos ahora al problema.

¿Creen ustedes que cualquier regreso a la predicación de los Evangelios (interpreten eso como deseen) resultará en paz y tranquilidad en la iglesia? ¿Creen ustedes que la predicación de los Evangelios resultará en oyentes ansiosos atendiendo amorosamente a cada palabra? ¡Oh no! ¡Predicador, está atento! Los verdaderos profetas nunca fueron muy queridos, ¡ni lo serán jamás! De dichas predicaciones surgen motines, avivamientos e incluso, la ruina personal. Esto ha sido así en el pasado y todavía lo es hoy.

En vista de esto, ¿han notado la sutil deshonestidad de las oraciones que hace el Comité de Selección Pastoral en su búsqueda de un Pastor? “Oh Señor, envíanos un hombre de Dios para que haga Tu voluntad”. De hecho, el mensaje desde sus corazones es claramente escuchado por Dios como: “Oh Dios, envíanos un político para que haga nuestra voluntad. ¡Porque, cualquiera que sea el costo, no deseamos agitar el barco!” Estas oraciones generalmente, han sido contestadas afirmativamente y en consecuencia, la iglesia se ha vuelto un lugar callado en cuanto a decir las cosas como son, ¡tanto así que ahora ni siquiera intentamos agitar el barco! Y si emergiera algún profético Jonás a bordo entre nosotros, siempre seguimos el viejo método, probado y aprobado, y en el momento oportuno, ya sea en la próxima reunión de diáconos o en la próxima reunión del comité planificador, amarraremos al ‘agitador’ y lo arrojaremos por la borda! La tormenta que se levanta cuando se agita el barco con la verdad, siempre termina en las iglesias locales y luego de que eso sucede, bien, podemos regresar a nuestras alegres formas y estructuras para hacer las cosas. Magnífico.

Quizá, cuando oremos debamos ser por lo menos más honestos y muy específicos “¡Oh Señor, envíanos un traje que se ajuste a nuestro propósitos, que satisfaga nuestras necesidades y cumpla con nuestros planes. ¡Por favor, basta de oráculos, Señor, pues ellos pueden ser verdaderamente horribles para los planes de expansión de nuestro reino personal! ¿En realidad quieren a alguien que venga y predique toda la Palabra de Dios nuevamente? Quiero decir, ¿están listos para eso? Yo también, así que ¡PONGÁMONOS UN CASCO!

Reflexiona: “El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios.” 1ª Pedro 4:11 

Ora: Oh Padre, manifiesta a Tu Hijo en nosotros para que podamos predicarlo con poder. Envíanos voces desde El Trono, aun cuando no nos ‘convengan’ los mensajes poderosos que proclaman. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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